San Felices de los Gallegos está enclavado en las Arribes del Águeda, dentro del Parque Natural de Arribes del Duero. Tiene un gran valor paisajístico que se puede divisar desde el Mirador de la Mesa del Conde o desde el Puente de los Franceses. Así mismo, alberga un gran pasado histórico, etnológico y cultural, como demuestra la Torre del Homenaje y el Museo del aceite.
Los Arribes del Duero son el destino ideal en época invernal. Tienen un microclima mediterráneo que permite disfrutar de temperaturas suaves hasta en los días más fríos de invierno.
Nosotros elegimos muchas veces el Parque Natural de Arribes del Duero para hacer escapadas con los niños porque es una apuesta segura. El paisaje, la gastronomía y un clima agradable están garantizados.
En esta ocasión, hemos ido hasta el pueblo fronterizo de San Felices de los Gallegos (Salamanca).
San Felices de los Gallegos tiene la categoría de villa desde el año 1291 y su casco histórico fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1965.
Está bañado por el río Águeda, que desciende encajonado en su camino hacia Portugal, por cañones y roquedos de gran belleza. Antes de llegar al Duero, es posible divisar cortados y riscos de granito que contrastan con los terrenos llanos destinados al cultivo y a los pastizales.
Es, por tanto, un pueblo con mucha historia y una gran riqueza cultural, monumental y natural.
A continuación, os detallamos paso a paso nuestro día en San Felices de los Gallegos.
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Qué ver en San Felices de los Gallegos
Torre del Homenaje del Castillo de San Felices de los Gallegos
San Felices de los Gallegos se encuentra a 106 km de Salamanca (tiempo aprox. 1h 25 min). Por tanto, madrugamos y fuimos directamente a la villa.
Si nunca habéis estado en la zona podéis acercaros a la Casa del Parque de Sobradillo. Aquí os darán numerosa información sobre el Parque Natural y es un buen lugar para hacer otra escapada.
Si os interesa saber qué se puede hacer en Sobradillo, echar un vistazo a la siguiente entrada pinchando aquí.
Una vez en San Felices de los Gallegos, veremos que los que más llama la atención es un gran Torreón. Hacia allí nos dirigimos, ya que es, donde se encuentra el Aula Histórica de la Ruta de las Fortificaciones y el Centro de Interpretación.
La Torre del Homenaje es una construcción de planta cuadrada y 30 m. de altura que alberga 6 salas, distribuidas en tres plantas.
Nosotros recomendamos la visita a la Torre del Homenaje porque se ofrece una pequeña explicación sobre la historia del Castillo y sus murallas. Permite acceder a distintas estancias donde hay paneles informativos sobre la evolución histórica de la zona y, sobre todo, porque se puede subir a la terraza.
Desde la azotea hay una vista panorámica de toda la villa y sus alrededores. Sólo por esto, ya merece la pena abonar la entrada.
Museo del aceite “El Lagar del Mudo”
El Lagar del Mudo es un pequeño museo, pero muy acogedor, que se denomina así porque su dueño carecía de habla.
Dentro de la exposición se aprecia la importancia que han tenido los olivos y el aceite para los habitantes de San Felices. Así como, una explicación del proceso de producción del aceite.
Podremos ver molinos de sangre. Se trata de un instrumento rudimentario, con cuyas ruedas (muelas), se obtenía una masa o pasta. Para ello, se hacían girar las muelas con la ayuda de animales que, con los ojos tapados, daban vueltas alrededor del moledor.
Luego se pasaba la masa a los capachos (cestos de esparto) para ser introducidos en agua hirviendo.
El proceso finalizaba poniendo la masa o pasta caliente en la viga o palanca para exprimir el jugo. Esto se hacía con la ayuda de una plataforma de madera, que se llamaba marrana y que permitía prensar el producto.
El óleo o aceite se conservaba en tinajas grandes de barro. Mientras que el producto restante, el hueso y la carne de la aceituna, llamado orujo, se ofrecía como alimento a los cerdos.
Es un proceso curioso que se aprecia correctamente al recorrer el museo, ya que es muy intuitivo.
Centro de Interpretación de la Cantería
Este museo está dedicado a la labor y el oficio del cantero.
Si nos fijamos en los materiales de construcción de las casas de San Felices de los Gallegos, veremos que el granito está presente en todas ellas. Y esto es lo se resalta en esta exposición.
Nosotros no tuvimos la oportunidad de visitar el museo. Si queréis verlo es mejor que concertéis una cita previa.
Para saber los horarios y tarifas de los tres museos, podéis hacerlo en la siguiente web. |
Paseo por el Conjunto Histórico de San Felices de los Gallegos
San Felices invita a pasear tranquila y sosegadamente. En la villa se aprecia la despoblación que sufre el mundo rural, a pesar del esfuerzo que hacen para ofrecer al turista lo mejor de sí mismos.
Aun así, es un placer recorrer el entorno de la Torre del Homenaje y la Cerca Vieja con sus murallas. Uno de los rincones más bonitos se alcanza al cruzar la Torre de las Campanas para dirigirse a la imponente Iglesia de Ntra. Sra. entre dos Álamos.
Desde allí, iremos deambular por las callejuelas en busca de la Ermita del Cordero y Verraco o del Convento de la Pasión. En este último venden dulces elaborados por las monjas de clausura, pero cuando nosotros fuimos, por más que llamamos a la puerta no nos atendieron. Nos quedamos con las ganas de degustar sus ricas elaboraciones.
Por la tarde, decidimos calzarnos las botas de montaña y hacer un poco de senderismo. Es un delito venir a los Arribes y no asomarse a sus farallones y precipicios sobre el río Águeda.
Nosotros os recomendamos el mirador de la Mesa del Conde y el Puente de los Franceses. Dos lugares maravillosos para disfrutar de la naturaleza y el paisaje.
Mirador de la Mesa del Conde
Al mirador de la Mesa del Conde se puede ir a pie o en coche por un camino agrícola. Por falta de tiempo y por ahorrar esfuerzo a los niños, nosotros fuimos en coche. De todas formas, no aporta mucho caminar por la pista forestal, pero esto ya es una elección de cada uno. Son 3.1 km, que os llevarán unos 8 min en coche.
Para ir al mirador ha que desplazarse hasta el Museo del Aceite, de donde parte, de frente, un camino sin asfaltar. Es la senda del Águeda GR-14.1. Debemos tomar esta vía que no tenemos que abandonar hasta alcanzar una bifurcación señalizada.
En este punto, un letrero vertical nos informa que, si giramos a la derecha, vamos al Mirador de la Mesa del Conde. Mientras que, si torcemos a la izquierda, vamos al Puente del Río (Puente de los Franceses).
Primero iremos al mirador, por tanto, tomamos el ramal de la derecha hasta alcanzar un merendero con mesas y olivos.
Unos metros antes de alcanzar el área recreativa hay un cartel de acceso restringido, pero no hay sitio donde dejar el coche. De forma que, continuamos y aparcamos junto al merendero.
Es una zona muy cuidada y agradable, donde se puede hacer un receso y reponer fuerzas. Además, hay chozas y chiviteros restauradas que le dan a la zona un encanto especial.
La atalaya se encuentra a unos 100 m del área recreativa. Los últimos 50 m son de descenso en zigzag, pero no tienen una gran dificultad. Lo único que, finaliza en un mirador natural sin barrera ni protección sobre un elevado precipicio.
Al fondo, vemos los meandros del Arroyo de Rodávila antes de desembocar en el Río Águeda. Es el paisaje típico de los Arribes con profundos cañones y laderas cubiertas de bancales o terrazas para ganar terreno a la montaña. Un lugar precioso.
Descargar track de la ruta «Mirador de la Mesa del Conde» |
Puente de Los Franceses
Para ir hasta el Puente de los Franceses, cogemos el vehículo y regresamos a la bifurcación señalizada. Os recomendamos que no intentéis atajar por los caminos agrícolas con el coche porque podéis acabar perdidos, cómo nos pasó a nosotros.
En el cruce de caminos giramos a la izquierda hasta llegar a una explanada donde podemos dejar el coche.
Si decidimos venir andando desde el pueblo son 3.6 km hasta el aparcamiento y 1.2 km más hasta el Puente. Debemos seguir las señales blancas y rojas del sendero de gran recorrido GR 14.1 que comienza en Hinojosa de Duero y finaliza en La Bouza.
Una vez en el aparcamiento, comenzamos el recorrido por una pista amplia que va descendiendo. Unos pasos más adelante, se convierte en un camino empedrado que va serpenteando hacia el Puente de los Franceses.
El paisaje es precioso. Veremos grandes formaciones de granito que crean roquedos donde anidan buitres. Habrá muchas aves rapaces sobrevolando nuestras cabezas.
El Puente de los Franceses es una pasarela de tres ojos sobre el río Águeda. Si nos asomamos contemplaremos marmitas gigantes formadas por la fuerza del agua. Es un lugar muy especial, invita a descansar y relajarse.
Podéis dar por finalizada la excursión en este punto y, por tanto, retornar sobre vuestros pasos.
Pero si os apetece caminar un poco más por los Arribes podéis continuar zigzagueando ladera arriba hacia Puerto Seguro. Son 1.7 km más, pasando por el mirador del Torreón Grande hasta la ermita del Humilladero.
Incluso, es posible continuar hasta el poblado de La Bouza, pero nosotros ya decidimos poner punto y final a este maravilloso día. Así que, volvimos al coche y regresamos a casa.
Esperamos que esta guía sobre lo que se puede hacer y ver en San Felices de los Gallegos os sea de ayuda y os animéis a visitar esta preciosa villa situada en Arribes salmantinos.
Dónde alojarse en San Felices de los Gallegos
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