Descender el Río Ésera es una de las experiencias más divertidas y placenteras que se puede llevar a cabo en el Pirineo de Huesca. Una actividad apropiada para toda la familia que permite vivir una aventura única.
Visitar el Pirineo oscense y no realizar una actividad de aventura es dejar incompleta la escapada, sobre todo si se viaja con niños. El norte de Huesca se presta a practicar este tipo de actividades en contacto con la naturaleza, y una de las más atractivas y divertidas es realizar rafting. No todos los días podemos descender un río en una balsa, por este motivo, es una gran vivencia que podemos ofrecerles a nuestros hijos. A ellos les va a encantar y a nosotros también.
El balsismo o rafting consiste en descender el río en el sentido de la corriente, en una embarcación, que en este caso va a ser una balsa inflable. Esto nos permite disfrutar de las turbulencias del caudal de agua y sortear los huecos y hoyos que tiene el río, así como, de los remolinos y alguna que otra ola inesperada. ¡Así que, allá vamos!!!!
Para vivir esta aventura hemos elegido el descenso del río Ésera, un afluente del Cinca. Y para ello, hemos confiado en la Escuela de Kayak “Rafting Ésera”, y no nos equivocamos. La experiencia fue magnífica. Los monitores son muy amables y profesionales, y se adaptan perfectamente al público infantil, lo que es de agradecer, porque no siempre es así.
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Equipo necesario, nociones de seguridad y técnicas de remo para el descenso de ríos
Para realizar esta actividad es necesario cierto material técnico, como un neopreno, chaleco salvavidas, casco y calzado adecuado. Todo el equipo lo facilita Rafting Ésera, nosotros solo tenemos que llevar de casa el bañador. Si nunca os habéis puesto un traje de neopreno, no os preocupéis, porque los guías que están en todo, os van a explicar cómo hacerlo.
De igual forma, nos van a dar unas nociones básicas de seguridad para el descenso. No suele ocurrir, pero si os caéis de la embarcación hay que saber cómo subir de nuevo y qué hacer si nos arrastra la corriente. Aunque, los guías son muy profesionales y no tuvimos sensación de peligro en ningún momento, es mejor prevenir, así que nos parece muy importante esta parte de la explicación.
Por último, las ilustraciones sobre las técnicas de remo. Son muy sencillas: “adelante”, “atrás”, “stop” y “dentro” si los rápidos son más movidos…
Disfrutando del descenso en rafting del río Ésera
La aventura comienza en Santa Liestra y San Quílez (Huesca), donde está ubicada la escuela de kayak. La propia empresa nos traslada 5 km río arriba dirección Campo, una de las zonas del río donde es posible comenzar el descenso y la aventura.
Desde el primer momento, nos damos cuenta de que la experiencia va a ser muy gratificante. Los niños se muestran entusiasmados y deseosos de descender por las aguas bravas. Durante 5 km vamos a disfrutar del entorno natural de Ésera, que es magnífico y a vivir el río de una manera diferente.
Con la ayuda del guía que hace de timonel y una motivada tripulación, comenzamos el descenso surcando las aguas y sorteando las turbulencias que se presentan. Así, superaremos la aleta de tiburón, el caos o la mano, entre otros recovecos y remolinos, hasta llegar a lo que el guía denomina “la ola de Mundaka”. Aunque aquí, las olas no son como las de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, vamos a surcarlas igualmente. Pero, como no tenemos tabla de surf, vamos a tirarnos al agua y dejar que la corriente o “la ola de Mundaka” nos arrastre unos 15 m.
En esta parte de la excursión, nuestros hijos disfrutaron como enanos. Fue el punto y final ideal para una experiencia extraordinaria en contacto con el agua. Una vivencia al alcance de todos y que no necesita conocimientos previos. Es una actividad que hay que realizar, al menos, una vez en la vida, y que, si la hacéis en familia o con amigos, la experiencia será el doble de gratificante.
Ahh!!! Y no olvidéis echar un vistazo a las fotos que Rafting Ésera ha realizado a lo largo del recorrido porque son un recuerdo que os podéis llevar a casa, como las que hay del descenso en nuestra galería de fotos 😉.
Esta es una de las actividades que se puede hacer en el Pirineo oscense con niños. Pero os recordamos que el Parque Nacional de Ordesa ofrece numerosas rutas de senderismo y está formado por cuatro valles: el valle de Ordesa, el magnífico valle de Pineta, la garganta de Escuaín y el cañón de Añisclo. Un enclave natural para perderse y disfrutar de la naturaleza más pura.
Dónde alojarse en el Pirineo aragonés
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