La Senda por la Garganta de Navamediana es un recorrido sencillo que se puede hacer con niños de corta edad hasta el Chozo de Quemaculos. A partir de este punto, el terreno hasta Las Hoyuelas, exige un mayor esfuerzo físico que se ve compensado por la belleza del entorno natural.
Navamediana es una pequeña localidad ubicada en la vertiente norte del macizo central de Gredos. Una agradable villa que atesora una de las gargantas más bonitas de Ávila. Nos referimos a la Garganta de Navamediana.
Este enclave natural esconde una gran biodiversidad y un amplio elenco de especies animales y vegetales. Durante todo el recorrido nos va a acompañar no sólo el sonido del agua, que está presente en la mayor parte de la ruta, sino también el canto de los arrendajos, la escurridiza lagartija carpetana, y la siempre llamativa, cabra montesa. Todo esto, aderezado con el agradable olor del romero, el tomillo y el colorido piorno, que cuando está florido inunda la sierra de un alegre tono amarillo.
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Para llevar a cabo esta interesante excursión, tenemos que dirigirnos desde Barco de Ávila hasta el pequeño pueblo de Navamediana (Ávila), aledaño a la villa de Bohoyo.
Al llegar a la aldea debemos continuar por la carretera, sin adentrarnos en las calles, hasta ver una señal que nos indica la dirección a seguir para poder estacionar el coche en el aparcamiento de la Garganta de Navamediana. El recorrido está señalizado y nos lleva hasta un espacio habilitado para aparcar unos 5-6 coches, con una fuente, un antiguo potro para herrar los cascos de los animales y un parque infantil.
Un cartel informativo marca el inicio del PR-AV 38. La ruta está bien señalizada con balizas blancas y amarilla y por hitos de piedra. Aunque hemos de deciros que exige un esfuerzo físico importante, tanto por el terreno que es pedregoso, como por la longitud y por el desnivel que supera los 700 m. Aun así, nos parece un paseo precioso que se puede hacer con niños, ya que no es necesario llegar hasta “fin de ruta” para disfrutar de un entorno que va variando según vamos ganando altura.
Un camino amplio y empedrado, correspondiente a la Cañada de Vallijuelo, nos va a adentrar en la garganta fluvial. Cuando hemos recorrido solo unos metros desde el parque infantil, el camino se bifurca abandonando la cañada, de forma que el PR sigue por el ramal de la izquierda.
Este primer tramo de la ruta es el más sencillo, ya que, discurre entre fincas, donde el ganado pasta en los prados. Tras superar una valla que debemos cerrar para impedir el tránsito del ganado, los pastizales dan paso a un frondoso robledal.
Robledal de La Gesilla y Fuente de las Quebradas
Poco a poco la pista que traíamos se convierte en un sendero estrecho, señalizado con hitos de piedra, pero cuyo trazado es sencillo de seguir por el bosque de robles de La Gesilla. Cruzaremos un nuevo vallado y continuaremos en suave ascenso por el valle, con el río como compañero de viaje, hasta alcanzar la Fuente de las Quebradas.
Hasta aquí, la ruta es muy sencilla y se puede hacer con niños de corta edad sin ninguna dificultad.
Ascenso al Refugio de Quemaculos
Una vez saciada la sed con las frescas agua de la fuente, proseguimos la excursión. Sólo unos metros más adelante, hay que salvar un arroyo con la ayuda de unas piedras para continuar con subidas y bajas suaves, que unas veces con acercan al cauce del agua y otras nos alejan.
A la altura de una curva pronunciada que gira a la izquierda, comienza el ascenso hacia el refugio. Ahora el sendero tiene un mayor desnivel y es más pedregoso. Antes de alcanzar el refugio, pasaremos por unas agradables praderas de montaña que en primavera se cubren de flores de múltiples colores.
El Refugio de Quemaculos se ubica en la Loma de los Collados. No tenemos ni idea del motivo por el cual tiene este curioso nombre, pero a los niños les hizo mucha gracia. Aquí, podemos hacer un receso, e incluso, dar por finalizada la excursión si vamos con niños menores de 8-9 años.
Cascadas y majada de Las Hoyuelas
La última parte de la ruta es la más dura físicamente. A partir del refugio la senda está trazada por un terreno irregular, con piedras graníticas y que serpentea montaña arriba. El sendero no es difícil de seguir, pero no es tan claro como hasta ahora, está balizado principalmente por hitos de piedra.
Aun así, os diremos que es la parte más bonita de la excursión. Una vez superadas unas revueltas del camino, la garganta se estrecha y forma una sucesión de cascadas, saltos de agua y pozas que invitan a refrescarse.
A los niños no se les hizo tan duro el trayecto porque por el camino vimos numerosas lagartijas al sol y varias cabras montesas. Esto hizo que se olvidaran del cansancio. Además, en las pozas metieron los pies en el agua helada y así, repusieron fuerzas.
El sendero prosigue hasta superar un pequeño collado que da paso a la pradera de Las Hoyuelas. Aquí hay restos de una pequeña majada con construcciones de base circular. En este punto está la señal de “final de ruta” de la Garganta de Navamediana.
Ahora sólo queda desandar el camino, con el desnivel a nuestro favor, hasta el pueblo.
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