La Laguna de Mampodre es una de las rutas más sencillas y uno de los parajes más bonitos de la Montaña de Riaño. Es un excursión ideal para familias.
El lago glaciar de Mampodre es uno de los enclaves del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre al que da nombre. Se trata de un circo glaciar con picos agrestes y afiladas agujas, a cuyos pies se encuentra un pequeño lago.
Un enclave natural de una gran hermosura y de dificultad baja, al que se puede acceder, incluso con niños de corta de edad. Además, es un recorrido ideal para hacer en cualquier época del año, porque si hay nieve, la actividad se puede hacer con raquetas.
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Dónde comenzar la ruta
Nosotros decidimos iniciar el recorrido desde la localidad de Maraña (León). Ya solo ir hasta este precioso pueblo leonés, merece la pena. La villa está enclavada en la cabecera de un amplio valle con prados verdes y rodeada de las cumbres montañosas del macizo de Mampodre. Un lugar idílico para pasar unos días en contacto con la naturaleza.
El centro neurálgico del senderismo y montañismo de la zona se ubica en el albergue de Maraña. Aquí podéis pernoctar, comer, comprar bocadillos, tomar algo en su amplia terraza o alquilar el equipo necesario para la excursión como raquetas de nieve o bastones.
Itinerario de la ruta
Villa de Mampodre
La excursión comienza en el propio pueblo. Sólo tenemos que dirigirnos hacia la Iglesia parroquial, en dirección Este, y desviarnos por una pista asfaltada que parte por la derecha hacia un puente sobre el río Maraña.
A partir de este punto, la ruta no tiene pérdida, a pesar de no estar señalizada, sólo hay que seguir un camino agrícola amplio. El desnivel, aunque es desfavorable, es muy suave. Y a medida que vamos ganando altura, vamos obteniendo mejores panorámicas de las praderías donde pasta el ganado, del pueblo de Maraña, y de las cimas montañosas.
El trazado describe algunas revueltas pronunciadas y pasa por un pequeño hayedo, antes de ir paralelo a la Reguera de Mampodre.
Reguera de Mampodre
Al ir cerca del curso del arroyo, permite apreciar los sinuosos meandros que forma el riachuelo en el fondo del valle. Sin darnos cuenta, alcanzaremos unos pastos amplios donde el camino desaparece, pero en el que es sencillo seguir la traza del camino. Sólo hay que tomar como referencia la pared del circo glaciar de Mampodre, que tenemos enfrente, y el cauce del arroyo, ya que la laguna se ubica a los pies del macizo montañoso.
Laguna de Mampodre
Aunque la laguna no tiene grandes dimensiones, el entorno es magnífico. Sobre todo, llaman la atención las paredes verticales, abruptas y con pináculos del circo que, si nos fijamos bien, veremos reflejadas en el agua del lago glaciar de Mampodre.
Regreso a Maraña
Una vez disfrutado de la laguna, podemos regresar sobre nuestros pasos y hacer la ruta lineal de ida y vuelta. Esta es la opción más sencilla y la que debemos elegir si vamos con niños de corta edad, si las condiciones meteorológicas no son favorables o no tenemos una buena condición física.
Para los más aventureros…, existe la alternativa de hacer la ruta circular. Para ello, retrocedemos unos pasos desde el lago glaciar, y seguimos por un sendero estrecho que sube hacia un pequeño collado por la izquierda. En la cima de la colina hay un refugio o cabaña de pastor que se ve prácticamente desde abajo y que podemos tomar como referencia.
Una vez en el cerro, hay que dirigirse hacia el espeso hayedo que hay en dirección Noroeste. Aquí es donde la ruta se complica, y por este motivo, no es apta para todo el mundo. La bajada por el hayedo no tiene sendero definido —hay que descender por donde se puede—, tiene una gran pendiente y las hojas húmedas resbalan. Aun así, tenemos que reconocer que a nuestros hijos les encantó la idea, y bajaron por el bosque entre caídas y risas.
Tras superar el hayedo saldremos a los prados de Bersudia. Son unas praderías excelsas por la que tenemos que descender para enlazar con la pista principal por la que salimos de Maraña. Estos prados están rodeados por una valla que impide el paso del ganado, pero que se puede sortear en algunos tramos. Cómo ya hemos indicado la ruta no está señalizada y esta parte hay que realizarla un poco por donde cada uno pueda, pero no os preocupéis que no tiene pérdida.
Enseguida estaréis en la villa de Maraña, donde podéis hacer un merecido descanso y disfrutar de la tranquilidad de este precioso pueblo de montaña.
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Maraña y los pueblos circundantes ofrecen alojamientos rurales de calidad. En el propio pueblo, además del albergue hay cabañas patagónicas y casas rurales como La Abuela Eulalia que tiene un excelente hospedaje. Podéis ver todas las casas rurales en los siguientes enlaces, así como, otros servicios de interés.
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