El Lago Ausente es una cómoda ruta de montaña que nos lleva hasta un paraje excepcional que ofrece distintas panorámicas, tanto de la laguna como de las cumbres de los Picos de Europa, según la época del año en que se visite.
Dentro del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre encontramos una ruta sencilla que se puede realizar en cualquier época del año. Aunque hay que tener en cuenta que en invierno y hasta bien avanzada la primavera el sendero está cubierto de nieve. Por tanto, en esta época del año hay que hacerlo con raquetas de nieve y con el material necesario para llevar a cabo este tipo de actividades: botas impermeables, protección solar, ropa de abrigo…
La senda hasta el Lago Ausente es sencilla, salvo en su tramo final que requiere un cierto esfuerzo físico. Esta ruta puede ser una buena alternativa si deseamos completar una escapada a la Estación de Esquí de San Isidro. Si hacemos la ruta sin nieve podemos alargar el recorrido ascendiendo hasta la Peña Requejines y deleitarnos con unas espléndidas vistas de la sierra de Susarón, el macizo de Mampodre o de Peña Ten.
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Cómo llegar al Lago Ausente
La mejor opción es aparcar en el Sector del Circo de Cebolledo dentro del complejo de la estación de esquí de San Isidro, a la altura del lago artificial que hay al inicio del parking y que se utiliza para la fabricación de nieve.
Si estacionamos aquí, sólo hay que cruzar la carretera y dirigirse hacia unos carteles informativos de la ruta PR-LE 26. En este punto comienza la senda por la Sierra de Sentiles hacia el Lago Ausente.
Itinerario de la ruta al Lago Ausente
Aparcamiento Sector Cebolledo
Una vez estacionado el coche. Cosa que será sencilla, si vamos fuera de la temporada esquiable, cogeremos un camino amplio de tierra que tiene un suave desnivel desfavorable.
La ruta está correctamente señalizada con marcas blancas y amarillas, pero tened en cuenta que, si hay nieve, muchas balizas quedarán ocultas.
Desvío opcional al Lago Ausente por Requejines
Cuando llevamos avanzado 1 km aproximadamente, una señal vertical nos da la opción de continuar de frente hacia el Lago Ausente o de desviarnos por la derecha para llegar al lago cresteando por la Peña de Requejines. Si el terreno está nevado o no somos grandes montañeros, recomendamos obviar el desvío que se desmarca por la derecha. Cómo nosotros hicimos la ruta con un amplio manto blanco, no dudamos y proseguimos recto por la pista de Isoba.
Subida al Lago Ausente
Cuando queden 400 m para llegar a nuestro destino, encontraremos una nueva señal vertical. Si el camino está despejado de nieve, no tendremos duda de la senda que tenemos que seguir desde este punto y que se desvía por la derecha, bordeando un saliente montañoso y remontando un pequeño collado antes de alcanzar el lago. Pero si hay nieve hay que tener mucho cuidado en este tramo, ya que no se ven los hitos. Buscaremos bien la huella abierta en la ladera de la montaña y la seguiremos con precaución para no sufrir una caída accidental hacia el valle.
Lago Ausente
El lago está situado en un paraje privilegiado, protegido por el circo de Requejines y el pico Ausente. Sus aguas son cristalinas y dependiendo de la hora del día y de la luz solar se ve de tonalidades azuladas, añil o turquesa. Salvo que esté helada cómo fue nuestro caso. Pero aun así, es muy bonita.
Las mejores panorámicas se obtienen desde la Peña de Requexines. Si nos animamos a subir hay que bordear el lago por la derecha y continuar hacia un collado que hay de frente y proseguir hacia el pico. Nosotros fuimos en invierno y ascender a esta cumbre era peligroso con los niños, por tanto, sólo subimos unos metros. Lo suficiente para obtener unas panorámicas espléndidas del circo y de la laguna.
Una vez disfrutado de este maravilloso enclave, solo queda regresar sobre nuestros pasos hasta el punto de inicio de la ruta. Existe la posibilidad de regresar a la pista principal, cogiendo un atajo de parte desde la propia laguna glaciar y que tras superar un pequeño repecho, desciende bruscamente hacia el camino que nos llevará de nuevo al aparcamiento.
Dónde alojarse en Puebla de Lillo
Puebla de Lillo y los municipios circundantes ofrecen alojamientos de gran calidad. La mayoría tienen una decoración muy cuidada y cuentan con jardines o balcones con vistas a la montaña. La Casa Susarón es un claro ejemplo de este tipo de alojamientos rurales. Más informales, pero no por ello, menos agradables son las Casas de Montaña Alto Curueño. Ubicadas en plena naturaleza, estas casas de madera y piedra son ideales para ir con niños. Pero no son las únicas, podéis ver todos lo hospedajes en el siguiente enlace:
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