Los Pinares de Rodeno son el primer espacio protegido de Teruel. Un paraje con cavidades y abrigos con arte rupestre y sorprendentes rocas de arenisca roja.
El Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno es una amplia extensión de pinares — pinos resineros o de rodeno —, rodeados de areniscas rojizas. Estas rocas de matices vinosos se han moldeado con la erosión y el paso del tiempo, y han creado un páramo de bloques, pasillos, setas, escarpes…con formas caprichosas.
A todo esto, hay que añadir numerosas representaciones de pinturas rupestres, realizadas por los asentamientos del hombre prehistórico que encontraron en este paraje un hogar.
Son varios los senderos que hay balizados en torno a los Pinares de Rodeno, que abarcan los términos de Albarracín, Bezas y Gea de Albarracín. Nosotros vamos a realizar la senda accesible SL-TE: Pinturas Rupestres – Mirador de Peñas Royas.


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Cómo llegar a los Pinares de Rodeno

Para llegar al espacio protegido de los Pinares de Rodeno, debemos dirigirnos a Albarracín (Teruel). Desde esta localidad, cogemos una carretera asfaltada, siguiendo la señalización hacia el pinar. En este trayecto, de unos 7 km, podemos parar en dos enclaves para observar el paisaje y las peculiaridades geológicas de la zona.
La primera parada corresponde al Mirador de La Escombrera. Se denomina así porque durante un tiempo tuvo el cometido de recoger residuos. Pero en la actualidad hay un aparcamiento y un saliente sobre el Barranco de Cabrerizo, que ya deja entrever lo singular y pintoresco que es el paisaje.

El siguiente receso podemos hacerlo en el Mirador de la Fuente del Cabrerizo. El aparcamiento se ve con claridad, es utilizado por los aficionados a la escalada Boulder. Desde el estacionamiento parte un sendero bien trazado que se dirige hacia un mirador sobre el Barranco de Cabrerizo. Si descendemos por las escaleras de la atalaya, vamos hasta la Fuente del Cabrerizo, en la que hay un abrigo con pinturas rupestres.
Estas dos paradas son opcionales, si no las queréis realizar podéis ir directamente al área recreativa del Navazo y estacionar en el parking de las Pinturas Rupestres. El emplazamiento está bien acondicionado con un aparcamiento amplio, zona de juegos para los niños, mesas y sillas en el área recreativa, y el Centro de Interpretación del arte Rupestre.
Itineratio de la Ruta Pinturas Rupestres – Mirador de Peñas Royas con niños



La ruta interpretativa de las pinturas rupestres comienza en el parque infantil del área recreativa del Navazo. Hay que tomar el sendero accesible para personas con movilidad reducida y sillas de bebé SL-TE 27, señalizado con marcas blancas y verdes.
Cuando llevamos recorrido escasamente 400 m, veremos el primer abrigo al que se accede por una pasarela de madera, son las pinturas “Cocinilla del Obispo”.
Continuamos por un camino muy agradable hacia el Mirador Peñas Royas. En todo momento, vamos rodeados de hermosos e hirsutos pinos y grandes formaciones redondeadas de color anaranjado y rojizo. Cuando faltan 150 m para llegar a la atalaya sobre el valle, tenemos el abrigo del “Arquero de los callejones cerrados”.
Mirador de Peñas Royas


Una vez en Peñas Royas las panorámicas son espléndidas. Los abundantes bosques de coníferas contrastan con las rocas de grandes dimensiones de conglomerado y arenisca rojiza, formando un paisaje sorprendente y pintoresco.
En este punto, el camino accesible finaliza, por tanto, se puede regresar sobre nuestros pasos al punto de inicio de la ruta. Pero, también existe la posibilidad de regresar por el sendero SL-TE 20 “Pinturas Rupestres”, y hacer el recorrido circular. Este tramo es muy corto, unos 800 m nos separan del área recreativa de Navazo, pero, sin embargo, tiene un importante contenido de pinturas rupestres.
Al ir descendiendo, podemos desviarnos e ir viendo los abrigos del “Medio Caballo”, del “Ciervo” y de las “Figuras Diversas”. Todos están señalizados, y tan sólo, hay que alejarse unos pasos del camino principal para apreciar cada una de estas representaciones trazadas y esbozadas en la piedra.
Al llegar a la carretera, en lugar de ir por el asfalto, seguiremos las señales blancas y rojas del GR 10 que nos conducen hasta el parque infantil y posteriormente al aparcamiento.
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