El Ecomuseo Minero de Samuño nos muestra los elementos patrimoniales más representativos de la minería, como son los castilletes, bocaminas, maquinarias, poblados mineros… De forma que, nos ayuda a comprender mejor la importancia que esta actividad ha tenido en los Valles Mineros asturianos. Una experiencia a bordo de un tren minero que es ideal para disfrutarla en familia.
La minería forma parte de la historia, el patrimonio y la cultura asturiana. Es difícil hablar de Asturias sin que nos vengan a la mente las cuencas mineras, el carbón, las vidas truncadas o la lucha por la mejora de las condiciones laborales protagonizadas durante años por los mineros.
Hoy nos vamos a adentrar en las profundidades del Pozo San Luis para conocer de primera mano cómo se extrae el carbón de las entrañas de la montaña. Además de sentir los olores, sonidos y sensaciones que viven los mineros en las explotaciones hulleras.
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Cómo llegar al Ecomuseo Minero de Samuño
Siguiendo las huellas del carbón nos trasladamos al Valle de Samuño, más concretamente a Langreo, donde se encuentra ubicado el Ecomuseo Minero.
No hay problema con el aparcamiento, ya que las instalaciones cuentan con dos parkings gratuitos.
Por la importancia que ha tenido la minería del carbón no solo para Asturias, sino para todo el territorio nacional, en junio del 2013 se abrió al público este Museo Minero. En 2013 El Pozo de San Luis fue declarado Bien de Interés Cultural.
Pozo San Luis
La experiencia comienza en la Estación de El Cadavíu donde se encuentra, actualmente, el centro de recepción de visitantes. Este enclave, fue en su día, el punto de partida al exterior del carbón que se extraía en estos pozos.
Aquí recibiremos información sobre el recorrido que vamos a realizar y veremos una pequeña exposición sobre el material, herramientas y vestuario de los mineros.
Si no hemos adquirido la entrada previamente, aquí podemos comprarla. Para no quedarnos sin billete o hacer largas colas, nosotros recomendamos sacarla con antelación en la página web del Ecomuseo, donde también podéis consultar los horarios, tarifas y descuentos que ofrecen.
El silbato del tren nos avisará que es la hora de embarcarnos en una gran aventura. Para ello, nos subiremos a un auténtico tren minero, que más parece un tren de juguete, que un tren que transporte mineros al fondo de la tierra.
El primer tramo del recorrido lo realizamos al aire libre. Paralelos al río Samuño. Salvo un pequeño trayecto por un falso túnel de ladrillo y piedra que nos adentra en la pequeña bocamina de La Trechora. Tan solo unos kilómetros más adelante, nos adentraremos definitivamente en las entrañas de la tierra por el Socavón Emilia.
En todo momento permaneceremos en la primera planta del Pozo San Luis. En ningún momento descenderemos. Es la montaña la que va ganando altura según nos vamos adentrando hasta alcanzar una profundidad de 32 m (aprox. un edificio de 11 plantas).
Pero como hemos indicado estamos en la primera planta, realmente el Pozo de San Luis cuenta con seis plantas y una profundidad de 430 m.
Una vez en la galería podemos observar los distintos tipos de entibado de la bocamina, filtraciones de agua, capas de carbón y maquinaria necesaria para la extracción del carbón.
Una locución nos muestra los sonidos ensordecedores del pico y la pala al chocar contra la montaña. Así como, nos intenta transmitir las sensaciones, olores y humedad que se respira en los túneles. Al mismo tiempo, que nos va dando información sobre la historia y el legado de la minería.
El tren tiene su destino dentro de la mina. Por tanto, para regresar de nuevo a la superficie tendríamos que ascender por el castillete dentro de las jaulas que introducen a los mineros y extraen el carbón. Pero por motivos de seguridad no vamos a ascender por las jaulas, sino por unos ascensores (decorados simulando las antiguas jaulas, pero con toda la seguridad de un ascensor actual).
Al ver de nuevo la luz de día, lo primero que nos llama la atención es precisamente el castillete. Tiene una altura de 28 metros, y una estructura de hierro con poleas por las que pasan los cables que ponen en funcionamiento las jaulas.
Un guía especializado nos mostrará las instalaciones, informándonos de cómo se organiza y funciona un pozo minero. Así como, la importancia que ha tenido este tipo de explotaciones en Asturias.
Destaca la casa de máquinas. Un soberbio edificio de hormigón y grandes ventanales para aprovechar la luz solar que alberga en perfecto estado de conservación las máquinas de extracción del pozo y los comprensores que producían aire comprimido y accionaban la mayor parte de las herramientas.
Las oficinas que es donde más se refleja la jerarquización que existe dentro de la minería, ya que, los mineros no podían acceder a las instalaciones en la que trabajaban los mandos, jefes o ingenieros. Por tanto, se abonaba la paga por una pequeña ventana exterior, denominada pagaduría. Solían ser las mujeres las que recogían el jornal, debido a que los mineros tenían cierta tendencia a derrochar el sueldo en alcohol.
Una de las zonas que más llama la atención es la casa de aseos, donde comienza y termina la jornada de trabajo. Aquí, tienen un peculiar sistema de fichas para cada trabajador y perchas con bandejas de cobre que se elevan para permitir que la ropa se secara para el día siguiente.
Al igual que en otras partes de las instalaciones, aquí solo se aseaban los mineros, ya que, los ingenieros o mandos tenían aseos privados.
Desde 1936 estos baños contaban con agua caliente. Motivo por el cual, se traía a los niños del poblado a asearse a las instalaciones de la mina.
Otra parte importante de las instalaciones es la lampistería, aquí se recogían y reparaban las lámparas y el equipo de trabajo. Cada trabajador tenía una ficha personal que depositaba en un panel cuando recogían el material, si al finalizar la jornada de trabajo, en el panel había alguna ficha significaba que algún minero no había salido de la mina, haciendo saltar la alarma.
Aquí, también se recogen los equipos de respiración automática, que se llevan abrochados a la cintura y se deben accionar si el trabajador se encuentra en una zona contaminada o con falta de oxígeno. El tiempo de reacción aproximadamente que tiene un minero para accionar este mecanismo es de unos seis segundos desde que se detecta el monóxido de carbono o el grisú. Por este motivo, antiguamente se introducía unos pequeños canarios en jaulas para detectar con tiempo la presencia de estas sustancias en el ambiente y tener mayor tiempo de reacción. Una vez activadas las bombas dispensaban aproximadamente 100 minutos de oxígeno parados y 30 minutos en movimiento.
Hasta aquí el recorrido por las instalaciones que se realiza con guía, el resto se hace por libre. Podemos ver la carpintería, la fragua del herrero, el botiquín donde se realizaba una primera asistencia a los mineros heridos y una pequeña tienda. También se puede visitar la sala del camino del carbón que alberga una colección de locomotoras. Y, el socavón de Isabel, una antigua mina de montaña.
Si os quedáis con ganas de ver más, podéis realizar una visita al poblado minero de la Nueva, donde hay restaurantes que sirven comida asturiana y menús económicos. Igualmente, tenéis la opción del área recreativa dentro del museo si deseáis comer aquí.
Una vez disfrutado de esta experiencia, existen dos opciones:
- Regresar de nuevo en el tren minero
- O realizar el regreso por la senda verde Valle de Samuño, este sendero parte del ecomuseo, tiene una longitud de aproximadamente 2 km y está asfaltado. El recorrido permite conocer la vegetación y la flora del espacio protegido de las Cuencas Mineras. Es una senda adaptada a personas con movilidad reducida y se puede transitar en bicicleta, pero hay que tener en cuenta que hay un tramo con una fuerte inclinación seguida de una curva cerrada en la que hay que extremar las precauciones.
En ambos casos, regresaremos a la Estación de El Cadavíu, punto de partida de nuestra aventura.
Dónde alojarse para ver el Ecomuseo Minero de Samuño – Planifica tu viaje
Nosotros no buscamos alojamiento cuando viajamos a Asturias porque tenemos residencia en Gijón, pero os podemos sugerir algunos alojamientos agradables y de estilo moderno que se encuentran a unos 15-20 minutos de Oviedo. El Hotel San Pedro ofrece habitaciones amplias y luminosas, y una ubicación perfecta para conocer la zona. Si os gusta relajaros en el spa, Langrehotel&Spa es vuestro sitio. De todas formas en los siguientes enlaces tenéis más alojamientos e ideas para planificar vuestra escapada.
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Planifica tu día minero
Si le echáis un vistazo a la página del Ecomuseo veréis que ofrecen algunas opciones para planificar un día minero con rutas de senderismo por vías verdes, áreas recreativas o parques infantiles.
Nosotros tomamos nota de algunas de estas recomendaciones y recorrimos el poblado minero de La Nueva viendo las construcciones típicas de vivienda obrera.
Descendimos al punto de origen, unos por la senda verde del Valle de Samuño y otros de nuevo en el tren minero.
Cómo no habíamos comido decidimos ir hasta el Área Recreativa de la Mina El Pullu con toboganes gigantes, en Cardiñuezo, que era otra sugerencia de la página web.
Pero la verdad, es que esta última opción no nos gustó mucho, no sé si fue porque nos perdimos al ir, ya que, al salir del Ecomuseo hay que girar a la izquierda y seguir por una carretera estrecha, supuestamente sin desviarse. Pero la verdad es que, en un cruce de carreteras, hay que tomar el desvío de la izquierda para llegar al área recreativa. O si fue porque el coche se nos quedó atascado en el barro de la entrada de acceso al área recreativa o porque los toboganes no estaban en su mejor momento para deslizarse por ellos, el caso es que, nosotros no lo recomendamos.
Pero salvo, por esta pequeña incidencia el resto del día minero fue realmente emocionante para los niños y muy divertido para los mayores.
No perdáis la oportunidad de sentir la experiencia de ser mineros por un día.
Menudo planazo. La verdad es que no conocíamos la existencia de esta experiencia. La verdad es que leyendo el post, me he dado cuenta de que es una actividad muy apta para niños, y no como la visita al Pozo Sotón, orientada a un público más adulto y además larguísima (son un montón de horas). Tomamos nota de esta aventura, seguro que nuestros críos lo pasarán genial. Enhorabuena por el post.
Si a nuestros hijos siendo bien pequeñitos les encantó, no llegan a entender todo el proceso pero les llama muchísimo la atención y disfrutan con todo lo que ven.
Saludos y gracias por comentar.