La ruta de ascenso al Pico Gilbo es una de las actividades más gratificantes que se pueden hacer en la Montaña de Riaño. Las panorámicas desde la cima son realmente fascinantes.
La pirámide de piedra caliza del pico Gilbo (1.679 m) es visible desde el pueblo de Riaño. Su espectacular silueta se acompaña de otras cimas relevantes como el pico Yordas (1.964 m), pico Llerenes (1.893 m) o peñas Pintas (1.985 m). Esta estampa tan montañera, le da un encanto especial a la localidad leonesa de Riaño, sobre todo, en invierno y principios de primavera cuando la nieve baña las cumbres de estas montañas.
Podemos conformarnos con ver este pico desde el pueblo o bien subir hasta la cima para disfrutar de unas espectaculares panorámicas del embalse de río Esla, de los hayedos que lo circunscriben y de los profundos valles que dan paso a las esbeltas montañas del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Si os animáis a hacer la ascensión, no os arrepentiréis, la ruta al Gilbo es realmente bonita. Os lo aseguramos.
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Dónde comenzar la ruta
La ruta comienza en el aparcamiento habilitado al final del puente Pantano de Riaño. Se puede estacionar el coche a ambos lados de la carretera N-625. Desde aquí, no solo comienza la ruta hacia el pico Gilbo, sino también el paseo hasta la Cueva de la Vieja del Monte y el mirador de Biescas, el recorrido hasta los osines Cierzo y Cueto —un maravilloso mirador hacia el embalse y el paraje natural que lo rodea—, así como hasta el espectacular hayedo de Bachende. Por tanto, siempre va a ver coches estacionados en el aparcamiento, que además es un mirador excepcional hacia el pueblo de Riaño.
Ruta al Pico Gilbo con niños. Peligrosidad
La ascensión al pico Gilbo no tiene grandes dificultades técnicas. Es una cumbre sencilla, pero eso no quiere decir que no entrañe riesgos.
Como toda ruta de montaña, exige que los niños estén acostumbrados a caminar con seguridad por terrenos escalonados y pedregosos. Y, aunque esta ruta no es especialmente aérea, sí que tiene zonas susceptibles de caídas accidentales desde gran altura. Aun así, nosotros en ningún momento vinos necesario encordar a los niños. Aunque es una práctica recomendable si apreciamos que el menor tiene un paso inestable o que no se ve capaz de superar ciertos tramos.
Lo que sí recomendamos es llevar un casco, porque en el tramo final, en el que hay que superar una canal, si hay mucha gente, alguna piedra puede deslizarse y golpear a las personas que están en la parte inferior.
Otro aspecto a tener en cuenta, es que la cumbre del Gilbo es amplia, y se puede disfrutar de las vistas con comodidad, incluso con niños.
Itinerario de la ascensión al Pico Gilbo desde Riaño
Comienzo en el Pinar Encantado
La ruta comienza bordeando el embalse por un agradable pinar, en el que se han instalado algunas máscaras que le dan un aire alegre al enclave, hasta superar un entrante del lago. En este punto desemboca el arroyo Vallarqué que superaremos por un rudimentario puente de troncos. Tan solo unos pasos más adelante, abandonamos el camino de tierra amplio que llevamos para desviarnos por la izquierda por una pista también ancha, pero que va ganando altura junto al arroyo antes mencionado.
Ascenso por el hayedo del arroyo Vallarqué
Aunque la pista pasa a ser un sendero unos metros más arriba, es sencilla de seguir porque está bien trazada. En los primeros compases del camino la vegetación es escasa y se supera alguna pradera, pero luego la senda se interna en un precioso y agradable hayedo que nos lleva hasta un collado en el que hay una valla. Antes de llegar al vallado, debemos girar a la derecha siguiendo el trazado para dirigirnos hacia otra loma más amplia que da paso a una extensa pradera.
Enlace con el sendero del hayedo de Biescas
Cruzaremos los pastizales para enlazar con un sendero que se ve claramente a la derecha de los prados. Esta senda viene de la Cueva de la Vieja del Monte y del hayedo de Biescas, por aquí descenderemos luego, para hacer el recorrido circular.
Pero, ahora estamos en la base del pico Gilbo. A partir de aquí, la ruta es por terreno montañoso. En primer lugar, hay que ir ascendiendo hacia otro collado que se ve claramente de frente, pero ahora ya entre rocas y por un sendero con mucha piedra suelta. Superada esta colina, se prosigue la excursión por una senda clara que avanza en diagonal por la cara norte del pico Gilbo.
Las vistas ya empiezan a ser realmente abrumadoras y de una belleza especial. Pero debemos de ir atentos al sendero que, aunque carece de señalización, sí que tiene algunos puntos amarillos que marcan los pasos imprescindibles. De esta manera, alcanzaremos una canal estrecha, que no tiene dificultad técnica, pero en la que hay que echar las manos en algunos tramos, sobre todo si vamos con niños, y en la que, como ya hemos indicado, no sobra un casco para evitar ser golpeados por alguna piedra que se desprenda por el paso de otros montañeros.
Coronación del pico Gilbo
Superado este pronunciado desnivel, alcanzaremos un collado entre dos cumbres. Únicamente tenemos que girar a la derecha, y por las trazas del sendero coronar la cumbre del pico Gilbo.
Las vistas desde este punto son impresionantes. Las montañas calizas, rodeadas de espesos bosques y profundas gargantas, finalizan en las aguas del embalse que se ven desde esta altura, de distintas tonalidades entre azules y turquesas. Es un enclave mágico, al que merece la pena subir.
Regreso por el hayedo de Biescas y Cueva de la Vieja del Monte
El regreso lo realizamos desandando los pasos. Hay que prestar especial atención a la bajada, sobre todo, si se va con niños. Como ya hemos reseñado, aunque no hay grandes peligros objetivos, sí que existen algunos puntos en los que una caída accidental se produciría desde gran altura. Pero con sentido común, y un paso firme y seguro, se puede superar sin dificultad. Aun así, si lo vemos necesario, podemos encordar a los niños para que el descenso sea más seguro.
Una vez en la pradera que da paso a la ascensión al Gilbo, regresaremos por el sendero que se desvía por la izquierda. El trazado es claro y fácil de seguir. De hecho, enseguida nos internaremos en el sombrío y agradable hayedo de Biescas, cuyo sendero está balizado por el PR-LE 30.
Tras un descenso pronunciado, alcanzaremos el mirador de Biescas, en el que hay un banco, en el que podemos hacer un pequeño receso contemplando las vistas. Solo unos metros más abajo, está, también, el desvío opcional por la derecha hacia la cueva de la Vieja del Monte.
Aparcamiento Pico Gilbo
A partir de aquí, el regreso al aparcamiento de la ruta del Pico Gilbo es sencillo. Únicamente encontraremos un desvío hacia el área recreativa de Biescas y el mirador de los Osines, que ignoremos, para girar a la derecha y bordear el embalse del río Esla por un camino de tierra amplio hasta el parking.
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