Valladolid acoge un gran centro del conocimiento en el que los niños pueden interactuar con juegos, maquetas, paneles… y aprender divirtiéndose conceptos importantes de la Ciencia y la Naturaleza que nos rodea.
El Museo de la Ciencia de Valladolid es un espacio interactivo para comprender mejor y acercarnos de una forma amena y divertida a la química, la física, la tecnología o la neurología.
Es una de las visitas más interesantes y educativas que se pueden realizar en familia, incluso con niños de corta edad, en la localidad de Valladolid. Os podemos asegurar que nadie se va a aburrir en este espacio en el que la Ciencia es la gran protagonista.
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Cómo llegar al Museo de la Ciencia
El Museo se ubica en la Avenida de Salamanca, 59. Es un complejo arquitectónico moderno que anteriormente albergaba la fábrica de harinas “El Palero”.
Cuenta con un parking gratuito para los visitantes al Museo de la Ciencia, por tanto, aparcar no va a ser un problema.
Planifica la visita
El paseo por la Ciencia que os proponemos hoy es muy interesante, pero es cierto que debido a las restricciones que hay en la actualidad por la alerta sanitaria, está muy limitado. El museo está pensado para que niños y mayores interactúen con los elementos de las exposiciones, y a día de hoy, esto no es posible hacerlo.
Por tanto, antes de desplazaros hasta el Museo de la Ciencia, debéis de consultar los modificaciones y condiciones en la que se puede hacer la visita.
Además, tened en cuenta que se pueden sacar entradas combinadas o tickets para ver sólo algunas de las exposiciones del museo, el planetario o la Casa del Río.
Tenéis toda la Información sobre los horarios y tarifas en su página web.
Qué podemos ver y hacer en el Museo de la Ciencia de Valladolid
Nosotros estuvimos antes de la crisis sanitaria y lo pasemos muy bien. Los niños salieron encantados con las exposiciones, el Planetario y la Casa del Río. Salvo la parte de la exposición temporal en el que el tema no era muy apropiado para niños pequeños, el resto les entusiasmó.
De todas formas, hay una “Sala de Niños”, en la que se puede dejar a los más pequeños durante 1 hora. En este espacio, unos monitores especializados hacen juegos con ellos, mientras los adultos aprovechan a ver la parte del Museo que nos pueda parecer menos interesante para ellos.
En el Nivel 0 del Museo lo que más llamó la atención a los pequeños científicos fue la exposición de Fórmula 1 y el Planetario. La proyección digital sobre el espacio fue de las cosas que más les gustó. Las sesiones son a partir de 6 años, pero hay una proyección infantil para niños a partir de 3 años. A la hora de reservar esta actividad, tened en cuenta la edad de los pequeños.
Nivel 0
Es donde está el grueso del contenido del Museo de la Ciencia. Aquí tenemos el Péndulo de Foucault, salas dedicadas a la Energía, la Química, al Agua, al ADN o a la Neurona. Es un gran espacio del conocimiento con paneles, audiovisuales, juegos, test interactivos, explicaciones prácticas…, y mucho más, que nos ayudan a conocer la importancia que han tenido la Ciencia, la Química o la Física a lo largo de la Historia y como ha mejorado nuestro bienestar,
Nivel 1
Está dedicado al neurólogo vallisoletano Pío del Río Hortega. En esta sala tenemos el Pasillo de los Sentidos. Un espacio ameno y divertido que nos muestra cómo funciona el sistema nervioso y el cerebro cómo órgano principal.
Nivel 2
Está dedicado en exclusiva a Las Matemáticas. Una disciplina que tiene muy mala fama, pero a la que hay que dar una oportunidad porque nos puede ofrecer múltiples sorpresas. En esta sala tendremos la oportunidad de ver algunas de las cosas divertidas que se pueden hacer con las «malditas» matemáticas…
Por último, nos queda la Casa del Río. Hay que cruzar una pasarela peatonal para ir a ver los ecosistemas fluviales. Este espacio está dedicado fundamentalmente a los habitantes del río Pisuerga. A través de los peces y anfibios y crustáceos que se encuentran en los acuarios y terrarios conoceremos mejor el funcionamiento de los ríos y el valioso proceso ecológico que se desarrolla en ellos.
Si os apetece comer sin salir del Museo de la Ciencia, podéis ir al Restaurante A Ciencia Cierta. Nosotros solo tomamos un café en la amplia terraza, pero las instalaciones estaban muy bien y el trato fue muy correcto.
Esperamos que os haya gustado esta visita al Museo de la Ciencia y la Casa del Río de Valladolid. Nosotros sin duda volveremos a este gran espacio del conocimiento con nuestros hijos.
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