Cuando salimos al campo con los niños de excursión creemos que debemos llevar siempre la comida. Nos encontramos a veces con gente que prevé hacer la ruta por la mañana y salen sin comida dejándola encargada en un restaurante.
Con niños, nunca se sabe lo que vas a tardar haciendo una ruta, es más importante disfrutar y jugar que ir rápido. Es más, creemos que es mejor pecar de ir despacio y fijándote en todo, que tener una hora límite para llegar…
En muchos de estos casos, hemos presenciado riñas y voces a los pequeños para que fueran rápido porque no llegaban a comer a la hora….
Nuestro consejo, lleva comida siempre, aunque luego vuelvas a casa con ella.
Cómo alimentarnos en excursiones con niños
¿Qué comida llevamos?
Al hacer actividad en el campo debemos variar la pauta de comida típica (de tres comidas diarias y abundantes), sustituyéndola por comer más a menudo (un poco en cada parada) en menor cantidad.
Llevar muchas cosas para picar (galletas, snacks, embutido, queso, fruta, frutos secos, chocolatinas, bocadillos pequeños) preparadas en un lugar accesible de la mochila para ofrecérselas a los peques y comer también nosotros.
Hay que tener cuidado de no descuidar la educación de la alimentación. No vale, en casa somos sanos y luego, salimos al campo y te hinchamos a chuches, dulces y comida precocinada.
Debemos recordar que siempre somos modelos para los niños, también en lo que comemos y cómo comemos (en general, nunca les pediremos comer lo que a nosotros no nos parezca adecuado o no nos apeteciera comerlo).
Cuando llega la hora de comer, la comida principal de mediodía, surge la duda ¿llevamos comida caliente o bocadillos? La respuesta es personal y depende de cómo coman tus hijos y de cuántos días te vayas a pasar comiendo fuera seguidos.
En nuestro caso, solemos llevar comida caliente en un termo, pues los peques comen poca cantidad de bocadillo (y más si estamos visitando una zona dos o más días, por comer un día de bocadillo no pasa nada por comer siete seguidos… sí).
Si vamos en grupo con otras familias solemos llevar comida para compartir y quedamos antes para llevar cada uno algo para picar.
En épocas de frío, solemos llevar en el termo comidas de cuchara (garbanzos, alubias, patatas con carne…) En épocas de más calor llevamos pasta o arroz.
Como postre solemos llevar algo de fruta o algún lácteo si no hace excesivo calor.
Para los adultos (cuidado con no descuidar la alimentación de los papás por pensar sólo en la de los niños) llevamos empanadas, tortillas, embutido, queso.
Nuestra experiencia es que los niños caminan mejor después de comer, y eso que les damos para nutrirse alimentos “contundentes”. Pero la norma general, debería ser, llevar comida de fácil digestión para continuar con la actividad (ya os decimos que nosotros no hacemos caso a esto si es senderismo con niños lo que estamos haciendo).
Suponemos que la cena es en casa y debe ser algo más copiosa de lo que acostumbremos, si la hacemos a una hora prudencial antes de acostarnos ¿Por qué? Por un lado, para reponer nutrientes y, sobre todo, porque la cena de hoy es la energía para la actividad de mañana.
Bebés
Los bebés son los que ofrecen menos alternativas en su alimentación… al principio leche materna o biberón, un poco más adelante, papillas y purés…
De excursión debemos respetar sus horarios y su tipo de alimentación.
Necesitaremos un termo para el agua caliente, y recipientes con las dosis de cereales y leche. Así como, termos de sólidos para papillas y purés.
Asegurarse de llevar todo lo necesario para su alimentación, pues son para los que será más difícil encontrar un sustitutivo.
Precauciones con el transporte de la comida
Para llevar la comida de los peques es útil un termo de sólidos (si vamos a llevar comida caliente, mucho cuidado con no golpearlo pues pierde sus propiedades aislantes), fiambreras con cierre fijo (para evitar sorpresas en forma de derrame de su contenido, con las que sólo cierran a presión), neveras pequeñas de tela (para llevar lo que necesite ir fresco durante unas horas) y todo en bolsas.
Llevar alguna bolsa de más para recoger la basura.
Hay que llevarse todos los restos de comida, no se puede dejar lo que llamamos biodegradable (tiro las cascaras de fruta porque se deshacen y son abono, o dejo el pan para que lo coman los pájaros) porque es “biodesagradable”. Algunos sitios quedan como vertederos tras el paso de la gente y, además, en según qué zonas puede tardar hasta meses en deshacerse algunos restos de materia orgánica.
Hay comida con la que hay que tener cuidado en verano: Chocolate, algunas frutas, yogures, queso… pueden derretirse o estropearse con facilidad… y pueden realizar un estropicio dentro de la mochila…
En el mejor de los casos, si llega bien, al comerlo suelen dar problemas porque con el calor manchan y no gustan tanto como en otras épocas.
El lugar para comer
Si los niños son mayores, vale cualquier sitio con resguardo de las inclemencias del tiempo (que no dé el viento, a la sombra si hace mucho calor, …), es ideal hacerlo en sitios acondicionados o cerca de fuentes, pero eso implica en muchos casos hacerlo en compañía (con todas las ventajas e inconvenientes que esto conlleva, tú decides si la prefieres o no).
Si los niños son pequeños hay que prever una parada de al menos media hora, por lo que a las condiciones anteriores debemos añadirle que el sitio debe estar exento de peligros en las cercanías, con lugar adecuado para sentarse y para que jueguen libremente después de comer.
El agua
Es muy importante estar bien hidratados para realizar actividades que exigen esfuerzo y si bien, el senderismo no lo es por la intensidad, sí lo es por la duración.
Por ahorrar peso tenemos tendencia a llevar poca agua, o llevar sólo la de los niños (confiando en encontrarnos fuentes). Asegurarse antes de salir de la existencia de agua en el recorrido y de que las fuentes, si las hubiera, están manando lo suficiente para el consumo seguro.
Los adultos creemos que pueden beber el agua de las fuentes, nosotros a los niños les damos agua embotellada y sólo si andamos escasos de ella les dejamos beber en fuentes que tengan el cartel de agua potable (nunca si no lo tienen, o menos aún, si ponen que no lo son).
¿Cuánta agua llevar? Al menos medio litro por niño siempre. Si hace calor, un litro por niño. Si no se prevé encontrar agua, un litro por persona. Conviene beber antes de salir.
¿Cómo beber? Pues igual que con la comida, en pequeñas cantidades. Es preferible que lo hagan a menudo, un par de tragos, que beberse media botella tras pasar sed. Hay que beber antes de tener la sensación de sed.
Con estas pautas podemos conseguir que un día en el campo sea todo un éxito. Porque recordar que un niño con hambre o sed, puede ser una auténtica pesadilla. Seguro que os ha ocurrido alguna vez. ¿Quién no ha recorrido tan solo unos kilómetros, que parecen cientos, con un niño llorando porque tiene sed o hambre?
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Muy buenas recomendaciones para comer durante las excursiones. La verdad es que es algo muy importante en nuestra familia y siempre pensamos bien qué llevarnos. En nuestro caso, nunca faltan los frutos secos .
Estamos de acuerdo en que la comida es un factor fundamental para el éxito de la excursión. Y los frutos secos imprescindibles 😉. Gracias por el comentario.