Una de las experiencias más gratificantes y demandadas por los turistas cuando llegan a la isla es subirse en los teleféricos de Madeira, ya que proporcionan unas vistas espectaculares de las plantaciones de plátanos, el océano Atlántico y el litoral marítimo.
El origen volcánico de Madeira hace que su orografía sea escarpada, y con el paso del tiempo, los medios de transporte que se utilizaban para desplazar las mercancías desde las plantaciones agrícolas del interior hacia las zonas costeras, fueron evolucionando. Así, el tren o el barco, dieron paso a medios de transportes más modernos y económicos, como las cabinas elevadas, que solucionaban los problemas de conexión en las zonas de difícil acceso.
Estos funiculares en Madeira se llaman teleféricos y son utilizados por miles de personas cada día para desplazarse de unas zonas a otras. Pero, poco a poco, también se han convertido en un reclamo turístico para todo aquel que visita la isla de Madeira. Subir al teleférico es una actividad imprescindible, a la que nos os vais a poder resistir.
De entre todos los teleféricos que tiene la isla, los más demandados son los de Funchal, pero hay muchos más. Aquí os dejamos los mejores teleféricos de Madeira.
Teleférico de Monte
Cómo ya hemos indicado es el teleférico de Madeira más demandado y una de las experiencias indispensables para hacer en Funchal. La estación de partida está en zona antigua de la capital de Madeira, en el Parque Almirante Reis. Sus 39 cabinas, con capacidad para 8 personas por viaje, lo hace un medio de transporte rápido y cómodo. Recorre unos 3200 m, en unos 20 min, y llega a alcanzar una altura de 560 m.
El recorrido desde la Zona Velha hasta las colinas elevadas de Funchal es toda una aventura. Sólo hay que dejarse sorprender por el contraste de colores de los tejados rojos de las casas de la capital con las tonalidades verdes de las grandes explotaciones de plátanos y las profundas gargantas de Funchal.
Una vez en Monte, no hay que dejar de visitar la Iglesia de Nossa Senhora y los impresionantes Jardines tropicales de Monte Palace. Y para los más atrevidos están los carros de cestos de mimbre y madera que se deslizan por las calles de Madeira. Estas actividades son únicamente algunas de las propuestas de las cosas que se pueden ver y hacer en Funchal.
Aquí, podéis ver los horarios y tarifas del teleférico que une Funchal con Monte.
Teleférico Jardín Botánico
Es el segundo teleférico más importante de Funchal. Une la zona de Funchal con el Jardín Botánico, visita imprescindible de Madeira. Cuanta con 12 cabinas, con capacidad para 8 personas cada una de ellas, que se elevan sobre la bahía de Funchal, el río de João Gomes y los bosques de laurisilva, durante un trayecto de 1600 m.
Además de permitir visitar con comodidad el Jardín Botánico que tiene una flora fabulosa, este teleférico también conecta con las levadas de Tornos, Curral dos Romeiros y Bom Sucesso. Así como, con el puerto desde donde salen las excursiones para el avistamiento de delfines y ballenas, y los ferrys hacia Porto Santo.
Aquí, podéis ver los horarios y tarifas del teleférico de une Monte con el Jardín Botánico.
Teleférico de Garajau (Teleférico Cristo Rei)
Ubicado a 12 km de Funchal, en la localidad de Caniço, su mayor atractivo es que se ubica en una de las zonas más bonitas y sorprendentes de Madeira, en la Reserva Natural de Garajau. Aquí, las singulares tonalidades de los acantilados volcánicos se funden con el azul del mar. Es un paraje único.
Si os animáis a subir al teleférico Garajau, tenéis que desplazaros hasta el aparcamiento de la estatua de Cristo Rei. Un monumento de 14 m de altura, que simula el Cristo Redentor de Río de Janeiro. Aunque, quizás, lo más bonito es el camino de acceso y las escaleras que se acercan a los acantilados de Ponta do Garajau y desde las que tendremos unos atardeceres preciosos.
En cualquier caso, a la altura del aparcamiento, está el acceso al teleférico de Garajau, que os descenderá hasta la playa. Las entradas se adquieren en las propias instalaciones — 4 € adultos / 3 € niños de 3 a 5 años—, y el horario es de 10 am a 20 pm.
Si no os apetece subir al teleférico o está cerrado, porque únicamente abre en periodos de temporada alta, podéis acercaros hasta la playa en coche. Eso no es problema, aunque hay que caminar unos metros para llegar hasta la misma. Eso sí, una vez en la playa disfrutad de la especial composición de rocas de Garajau y animaros a descubrir el fondo marino de la reserva natural haciendo un curso de iniciación al buceo, que seguro que os dejará con la boca abierta 😉.
Teleférico das Fajãs do Cabo Girão (Teleférico do Rancho)
A 15 km de Funchal y 3 km al oeste de Cãmara de Lobos, se ubican los acantilados más elevados de Madeira. Se yerguen por encima de los 580 m sobre las aguas color zafiro del océano Atlántico. Aprovechando esta coyuntura se ha construido un gran mirador con suelo de cristal que se asoma a las abruptas y escapadas paredes volcánicas del cabo de Girão.De hecho, el mirador del Cabo Girão, es sólo, uno de los muchos enclaves interesantes que se pueden ver en Madeira.
Para hacer más atractivo este enclave se construyó un teleférico de dos cabinas, ubicado a unos 3.5 km del mirador de Girão, que nos deja tras un viaje con un descenso empinado y no apto para personas con vértigo en la playa de guijarros de cabo Girão. Es un arenal sin servicios de restauración, en el que el mayor atractivo está en dar un paseo o tomar el sol tras un relajante baño en sus cristalinas y frescas aguas, si el tiempo acompaña. El precio del teleférico son 10 € ida y vuelta.
Teleférico Fajã dos Padres
13 km separan Fuchal del teleférico de Fajã dos Padres. Un ascensor elevado creado únicamente para descender hasta el enclave de Fajã dos Padres. Se trata de una playa muy bonita con piedras de cantos rodados pequeños, protegida por plantaciones de plátanos, en la que hay un restaurante y un chiringuito para disfrutar de las vistas de los acantilados de Campanario, en Ribeira Brava.
Descender hasta este paraje, es toda una experiencia, aunque el precio del teleférico ha ido aumentando exponencialmente con los años y resulta un poco caro para una familia. En este enlace tenéis los horarios y tarifas del Teleférico de Fajã dos Padres.
Además, debéis tener en cuenta que no hay aparcamiento, por tanto, aparcar se convierte en un problema para disfrutar de esta experiencia. Lo mejor es madrugar y bajar a la playa temprano.
Teleférico de Achadas da Cruz (Porto Moniz)
Este teleférico es el de mayor inclinación de Madeira, ya que se eleva 451 m por encima del nivel del mar. Se ubica a 10 km de Porto Moniz y une el precioso mirador de Achadas da Cruz con Fajã da Quebrada Nova, donde está la playa.
Para llegar al arenal de Achadas da Cruz, tenemos dos opciones. Teniendo en cuenta que, en este paraje no hay restaurante, ni chiringuito, ni sombras, por tanto, si se va con la intención de pasar un día al sol, hay que llevar todo lo necesario para pasar la velada. Las dos alternativas son: el teleférico y la vereda do Calhau.
Si nos animamos por el senderismo, el sendero de Vereda do Calhau parte del mirador de Achadas da Cruz. El trazado desciende por los caminos que utilizaban los agricultores para transportar los productos obtenidos de las huertas antes de la construcción de la telecabina. Tiene una longitud de unos 4.5 km, con unas panorámicas preciosas, y se tarda en realizar unas 2 horas.
El inconveniente es que es una senda abrupta y con mucha inclinación que desaconsejamos en épocas de lluvias porque puede llegar a ser peligroso. Aunque, eso sí, tiene la ventaja de que si se quiere evitar la subida pronunciada se puede ascender en el teleférico. Pero, igualmente, hay que tener en cuenta que, el teleférico solo tiene una cabina de un llamativo color verde, con 6 plazas, que utilizan tanto los lugareños como los turistas, lo que implica que se formen colas en las horas de máxima afluencia. El precio es de 5 € el trayecto de ida y vuelta.
Con una situación privilegiada sobre los acantilados, este teleférico de Madeira, en la actualidad únicamente puede ser utilizado por los agricultores de la localidad. Por tanto, si deseamos descender hasta la playa, hay que hacerlo por un sendero sinuoso que se acerca hasta el litoral costero. Pero, aunque no tengamos intención de realizar este descenso, merece la pena ir hasta la zona, situada a tan solo 2.5 km de Santana, porque las panorámicas de la costa son espectaculares.
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