La Tejeda de Tosande es un espacio natural perfecto para pasear en los días otoñales. Se trata de una senda sencilla y perfectamente señalizada que transcurre por bosques de hayas, robles y encinas. El punto y final a la ruta, lo pone una hermosa tejeda con árboles milenarios.
El Parque Natural de la Montaña Palentina es un espacio natural poco conocido, situado al norte de la provincia de Palencia.
La montaña palentina es una cadena accidentada que forma valles, acantilados y picos que sobrepasan los 2.500 m de altura.
Pero la ruta que os proponemos hoy, no se adentra en la montaña palentina, sino que es más bien un precioso paseo otoñal que discurre por bosques de robles, encinas y hayedos hasta alcanzar una tejeda mágica y una de las más significativas del territorio español. Se trata de la Tejeda de Tosande en la que hay tejos longevos, algunos milenarios, que alcanzan fácilmente el metro de diámetro y los 12-15 m de altura.
Al tejo se le conoce también como el “árbol de la muerte”, ya que las hojas, las raíces y las semillas contienen taxina. Un alcaloide venenoso utilizado antiguamente para quitarse la vida, sobre todo, para no caer prisionero cuando se perdía una batalla.
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Cómo llegar a la Tejeda de Tosande
Debemos coger la carretera CL-626 que va desde Cervera de Pisuerga (Palencia) en dirección a Cantoral de la Peña. A 5.6 km, veremos a la derecha un aparcamiento amplio para estacionar nuestro vehículo.
De aquí parte nuestro recorrido, podemos ampliar la información de la ruta con los carteles informativos que hay en el propio parking.
Itinerario de la Senda Tejeda de Tosande PR-P03
Jardín de la Tejeda
Junto al parking hay un pequeño jardín con información sobre las especies vegetales que vamos a ver durante la excursión. Esto nos ayudará a conocer mejor el entorno que nos rodea.
Dejando a atrás este jardín, vamos descendiendo por una pista amplia hacia las vías del tren. Pasaremos por debajo del recorrido del ferrocarril y seguiremos por el camino marcada con franjas blancas y amarillas.
En esta primera parte del camino, si prestamos atención, veremos que nos cruzamos con el Camino Olvidado de Santiago.
Junto a un abrevadero de ganado, podremos apreciar la escombrera de una antigua mina abandonada. Solo unos pasos más adelante, nos adentramos en un desfiladero de roca caliza. Aquí, nuestros hijos no pudieron evitar la tentación de escalar por las empinadas paredes. Es la antesala a un bosque de encinas y robles que nos acompañará durante buena parte del recorrido.
Pradera del Valle de Tosande
Cuando faltan aproximadamente 2 km para la Tejeda de Tosande, abandonaremos el robledal para pasear por un hayedo. Un puente de madera nos indica que desde ese punto comienza el recorrido circular.
En la Casa del Parque y en los folletos informativos, sugieren continuar recto hasta llegar a una amplia pradera de montaña. Por tanto, vamos a hacer caso a la recomendación, siguiendo el sentido de la marcha que nos han sugerido (volveremos por el puente) para ir hasta la pradería del Valle de Tosande. Es un lugar idílico e ideal para hacer un pequeño receso antes de entrar en la sorprendente Tejeda de Tosande (distan 1.5 km, 30 min).
Senda de la Tejeda de Tosande
Una señal vertical nos advierte que debemos desviarnos en la pradera a la izquierda y dirigirnos hacia la arboleda que cubre la ladera de Peña Oracada / Horacada. Se trata de un espeso hayedo que en otoño muestra sus mejores galas. Parece un bosque de cuento. En el cual, en cualquier momento va a asomar detrás de un árbol o de una roca cubierta de musgo un gnomo o un pequeño duendecillo.
Dedicarle tiempo al hayedo, no solo porque la subida y el terreno es exigente, a pesar de que, hay escalones labrados en la tierra para ayudar en el ascenso, sino porque el entorno lo merece. Hemos visto pasar a gente a toda velocidad, sin pararse ni un solo momento a disfrutar del entorno ni a escuchar el sonido de la naturaleza. Pareciera que dieran algún premio al primero que saliera del hayedo y enviara el mejor selfie a sus amigos y familiares. Una pena, la verdad.
Cuando estamos alcanzado la parte superior de la falda de la montaña, nos encontraremos con la Tejeda de Tosande. Se trata de un conjunto de tejos de una gran envergadura en un ambiente sombrío, y, si la gente lo permite, silencioso. Es un espacio natural muy bonito que se puede recorrer por pasarelas de madera. Hay un total de 743 tejos inventariados, algunos muy viejos, casi milenarios. Por este motivo, es necesario respectar el recorrido sin abandonarlo en ningún momento.
Mirador de Tosande
Una vez disfrutado de Tosande, saldremos a un mirador (alt: 1.400 m) que ofrece unas maravillosas vistas del valle y sus alrededores.
El regreso podemos hacerlo, retrocediendo sobre nuestros pasos, o bien, descendiendo por la vaguada y haciendo el recorrido circular.
Nosotros recomendamos seguir las señales que nos llevan hacia el aparcamiento. Partimos por un sendero estrecho en su inicio, pero que luego se adentra en un frondoso hayedo. Un camino en zig-zag nos llevará hasta el puente de madera (inicio del tramo circular).
Así, el recorrido de vuelta es diferente y además es muy bonito. Una vez que cruzamos el puente sobre el Arroyo de Tosande, solo queda seguir descendiendo por la pista principal hasta el aparcamiento.
Descargar track en Wikiloc de la ruta «Tejeda de Tosande» |
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