La ruta La Zamora es un recorrido sencillo por uno de los parajes más bonitos del Valle de Laciana
Villablino es la capital de la bonita comarca leonesa de Laciana. Una zona ligada al aprovechamiento de la extracción de carbón que ha visto cómo su economía se reconvertía hacia el sector del turismo. Prueba de ello, es la apertura de la estación de esquí de Leitariegos. Un destino invernal muy familiar e ideal para iniciarse en la práctica del esquí.
El esfuerzo de esta comunidad por diversificar su actividad económica volcada durante décadas en las explotaciones mineras, se vio favorecida en 2003, cuando la Unesco declaró a este paraje natural Reserva de la Biosfera. Se concedía al Valle de Laciana una distinción por su alto valor natural y de protección a numerosas especies animales. Sobre todo, aves, y destacando especialmente, la repoblación de urogallos y el oso pardo.
Una de las rutas que permite conocer en profundidad el Valle de Laciana es la Senda de la Zamora. Un recorrido por amplios pastizales, castros ancestrales, hórreos, robledales y pueblos de montaña con gran encanto. En definitiva, la zona merece una visita por su riqueza natural, patrimonial y gastronómica.
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Itinerario del Sendero de La Zamora
La Ruta La Zamora ofrece numerosos alicientes en su recorrido. Es sencilla y se puede realizar correctamente si nos informamos bien antes de realizarla. Ya que, hay ciertos indicadores que han sufrido actos vandálicos y han sido arrancados, lo que hace que, seguir las rutas requiera cierto sentido de la orientación.
La excursión comienza en la oficina de turismo de Villablino, en la plaza Sierra Pambley. Ascenderemos por la calle Monte Oncio para dirigirnos a la parte alta del pueblo y poder enlazar con un camino de tierra que parte por la derecha. Desde este punto, tendremos unas vistas panorámicas espléndidas del valle de Laciana y de la localidad de Villablino.
Unos pasos más adelante, en la última casa del pueblo, hay una bifurcación de caminos. Nos desviaremos por el sendero de la izquierda, siguiendo la señalización. Ahora el camino llanea por un frondoso robledal hasta alcanzar una encrucijada de caminos, donde la señal ha sido arrancada. En este punto, debemos girar a la derecha si queremos ir hasta el Mirador de La Zamora. Si no es así, tenemos que continuar por el camino que desciende hacia el valle.
Nosotros vamos a asomarnos a la atalaya sobre la cuenca. Por tanto, cogemos el ramal de la derecha, y tras abrir y cerrar a nuestro paso una cancela electrificada que impide el paso del ganado, llegaremos al mirador. Desde la cornisa suspendida sobre el valle del Alto Sil, podemos observar los frondosos bosques que cubren las laderas de las montañas en las que se intercalan verdes praderías. Además, en las inmediaciones se encuentra el Castro de La Zamora, uno de los enclaves más representativos de la zona, junto con el Castro de La Muela. Este emplazamiento tiene la peculiaridad de estar en una zona elevada y viene a demostrar la importancia que tuvo este paraje a nivel defensivo.
Tras disfrutar de este enclave, retrocedemos sobre nuestros pasos hasta la bifurcación inicial, y ahora sí, cogemos el camino que desciende hacia el pueblo de Sosas de Laciana. Antes de llegar a esta localidad, existe la posibilidad de desviarse a la derecha y no entrar en el poblado, pero nosotros vamos a ir hasta Sosas para ver los hórreos y lavaderos tradicionales de la zona. Por tanto, continuamos recto hasta alcanzar la carretera, donde giramos a la derecha. Atravesaremos el pueblo hasta llegar a un cartel informativo de la ruta. A la altura del señalizador, nos desviamos a la derecha para ir hacia La Lechería La Popular y Los Molinos. Estas construcciones antiguas se alzaron para poder llevar a cabo la transformación de la leche en mantequilla con la energía generada por los molinos de agua.
Proseguiremos la excursión, para encontrar unos pasos más adelante, una encrucijada de caminos. A este punto, hubiéramos llegado si nos hubiéramos desviado antes de llegar a Sosas de Laciana. Independientemente, de que hayamos ido o no hasta el pueblo, tomaremos el sendero que se desvía por la izquierda. La ruta discurre por un camino vecinal paralelo al río Sosas, que no debemos abandonar por ninguna de sus ramificaciones, dejando a nuestra izquierda el Barrio de Trapa. Sin esfuerzo, llegaremos al Barrio Rebueno, donde debemos cruzar la carretera. Desde aquí, proseguimos la ruta por un camino amplio, que parte por la derecha, para ir hacia Villablino.
En la parte final, la ruta no tiene pérdida. Discurre por las praderas y valles de Sosas hasta la Oficina de Turismo, punto de inicio y finalización de nuestra excursión.
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