INSPIRACIÓN VIAJERA: FORMENTERA

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Formentera
Formentera- Foto: Pixabay

Si estáis buscando un lugar que os inspire, vuestro sitio es, Formentera.  Esta isla define como nadie la esencia mediterránea: pueblos blancos, mercadillos, arena dorada por la que caminar descalzo o atardeceres de ensueño.

Pocas cosas merecen tanto la pena como dejarse seducir por la isla más pequeña de Las Pitiusas. Es el refugio perfecto para unas vacaciones donde el tiempo parece detenerse y lo único en lo que tenemos que preocuparnos es en apreciar la armonía y la calma que destila este paraíso natural.

Este edén mediterráneo atrae a números turistas deseosos de recorrer un paraje en el que el viento, el mar y la naturaleza son los grandes protagonistas. La única forma de acceder a Formentera es por barco, ya que carece de aeropuerto. Por tanto, la mejor opción para llegar a la isla es un coger un ferry que una Ibiza con Formentera. Baleària tiene el servicio «Formentera Express» que permite llegar a la isla en unos 35 min de una forma cómoda y amena.

Una isla tan llana, con tan solo unos 37 kilómetros de carretera asfaltada y sin semáforos, invita a subirse a una bicicleta. La bici es el mejor medio de transporte para conocer la isla. Nada mejor que pedalear sintiendo la brisa del mar en nuestra cara mientras nos dirigimos a alguno de los arenales más bellos del mundo. 32 vías verdes recorren la isla de norte a sur y de este a oeste, apostando por un turismo activo y sostenible con un cierto aire slow.

Formentera
Foto: Bogdan Dada – Unsplash

El secreto mejor guardado de Formentera, sus parajes naturales

Entre Ibiza y Formentera, en pleno corazón del Parque Natural de Ses Salines, se encuentra la Isla de Espalmador. Una pintoresca lengua de arena que surge entre aguas turquesas y cristalinas. Un espacio natural protegido al que solo se puede acceder en barco. Aquí no hay absolutamente nada, ni restaurantes, ni chiringuitos, ni cualquier otra infraestructura, pero eso, es lo que hace realmente maravillo este lugar.

Formentera
Foto: David Svihovec – Unsplash

Es un islote para pasear por los senderos sin prisa y disfrutar de sus tres playas. La favorita de los visitantes es la playa de S’Alga. Una bahía con forma de media luna, suave oleaje, arena blanca y aguas con tonalidades caribeñas que no dejan indiferente a nadie. Pero, no menos extraordinarios son el arenal de Sa Torreta y las calas de Bocs Pettit y Bocs Gros. Paraísos naturales que se esconden entre los suaves acantilados costeros, arrecifes y rompientes. Todos ellos, bañados por aguas con colores sorprendentes y de gran calidad que son fruto de los prados de posidonia oceánica. Un tesoro ecológico que cubre el suelo marítimo balear y que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Formentera
Foto: Pixabay

En el extremo norte de la isla, se encuentra Ses Illetes. Es la playa más concurrida de la zona. Sus aguas transparentes y poco profundas, se han colado en más de una ocasión, entre las mejores del mundo.

La pequeña cala de Saona, al oeste de Formentera, enamora por el color de sus aguas, las llamativas casas de pescadores y los frondosos bosques de pinos. Un poco más al sur, tenemos el conocido Faro de Barbaria. Desde sus acantilados sobre el mar se divisan puestas de sol mágicas que no olvidaremos en mucho tiempo.

Formentera
Foto: Pixabay

No debemos abandonar la isla sin pasear por la playa de Migjorn. Es la de mayor longitud de Formentera e intercala zonas de arena fina con calas de rocas. Todas accesibles por una pasarela de madera que recorre el arenal de punta a punta.

Formentera
Foto: Miguel Bruna – Unsplash

La herencia hippie de la isla

Durante los años 60, la isla de Formentera fue un auténtico reclamo para todos aquellos que querían vivir en libertad, disfrutar del amor libre y dedicar horas a la meditación. De estos defensores de la paz y el amor queda una isla tranquila, donde el día a día se desenvuelve sin grandes sobresaltos. Y en la que perduran, los mercadillos artesanales.

Formentera
Foto: Pixabay

Existen 6 mercados donde se puede adquirir bisutería, joyas, recuerdos o prendas con un punto bohemio. Pero sólo los mercadillos de Sant Ferran y el de La Mola venden productos elaborados exclusivamente a mano.

Pasear entre los puestos artesanales con vista al mar es una buena forma de dar por finalizada una escapada a uno de los últimos paraísos que perduran en el Mediterráneo: la Isla de Formentera.


«Entrada redactada en colaboración con Hoteles.com, pero todas las opiniones que aquí se recogen son nuestras»


Ana Elvira Picado
Ana Elvira Picado
Siento fascinación por los viajes, por los paisajes de ensueño y las culturas diferentes a las que me ha tocado vivir, por eso quiero compartir y difundir en este blog las experiencias más motivadoras y las vivencias más enriquecedoras que realizo junto a mi familia. Espero que os sean de ayuda para seguir manteniendo vivo el sueño de viajar.

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